martes, 27 de mayo de 2014

La punción

Después de tantos controles y tantos intentos, por fín llegó el día de la punción. Solo por el hecho de haber llegado hasta aquí, estábamos contentos y orgullosos. 

El día de antes, preparándome las cosas, empezaron a surgirme dudas y más dudas.

Te dan una hoja con el protocolo donde te indican qué es lo que has de llevar: ropa cómoda y algunos útiles de aseo. Tuve claro que iría en chandal, no me gusta ir en chandal al médico, pero la verdad es que, para mí, es lo más cómodo, así que no tuve dudas. Y, ¿los útiles de aseo? ¿Qué útiles de aseo me pueden hacer falta? Un peine? Una compresa o salvaslip por si mancho? ¿Qué más?
En la hoja informativa del anestesista pone que hemos de llevar zapatillas de andar por casa. Ya me ves a mí como una loca por la casa buscando zapatillas de ir por casa lo bastante aseadas y decentes como para llevarlas al hospital (una que es muy tiquismiquis). Tenía que habérmelo preparado antes!! Hubiera ido a comprarme unas bonitas zapatillas de ir por casa! Al final acabé cogiendo las que me llevo de hotel, con la pega que no tienen suela de plástico y si piso suelo mojado se me mojarán. 
Dudas y más dudas... En Crea te dicen que lleves un camisón y una bata, pero aquí no me han dicho nada! Tengo que llevarlo? Ay dios! Si no tengo camisón! Yo soy de pijamas!! Bueno, como no ponía nada de eso en mi protocolo, decido no llevar nada. A la aventura!

Llegamos a las 8 y ya habían varias parejas esperando. Enseguida nos llaman a las chicas y nos dicen que les demos todo a nuestros maridos excepto un euro para la taquilla, y que nos esperemos en la sala de espera. Y mientras espero me pregunto: entonces todo eso de los útiles de aseo y las zapatillas para qué son?

Mientras, los chicos esperaban su turno en el laboratorio para hacer su trabajo y dejar las muestras. Tal como acababan se venían a la sala de espera de UCSI (Unidad de Cirugía Sin Ingreso).

Iban llamando hasta que me quedé sola durante más de una hora. Iban llegando los maridos pero el mío no aparecía, y yo iba quedándome helada del aire de la sala. Por fin se le ocurre asomar la cabeza y vé que sigo allí después de más de una hora, entonces me hace compañía durante una media hora más que tardan en llamarme.

Por fin, me llaman y me meto para dentro sin saber muy bien por donde ir. Por si a alguien le pasa, hay que entrar en el pasillo de UCSI hasta los vestuarios.
Me acompaña una enfermera a los vestuarios y me explica cómo va todo:
- Elegir una taquilla y poner el euro.
- Quitarme toda toda la ropa y ponerme una bata que te dan allí, unos peucos y un gorro.
- Ya avisan de ir duchada y sin maquillar ni laca de uñas ni nada. Si llevas joyas (pendientes, anillos, reloj...) dejarlas allí, aunque es mejor no llevarlas.
- Coger la llave, que luego dejan en la mesita de tu cama, y a seguir a la enfermera.

Te lleva a una cama donde te acuestas y te miden la tensión, te hacen unas preguntas, te ponen un tranquilizante bajo la lengua, y a esperar. Enseguida viene otra chica que lleva la cama al antequirófano donde están esperando las dos chicas que van delante. Al rato sacan a una chica del quirófano, aun medio dormida, y entra la siguiente. A continuación le ponen la vía a la chica que va delante de mí, y a mí me la ponen cuando entra ella. Me ponen un gotero con antibiótico (no te mandan tomar nada en casa la noche antes) y otro no sé de qué.

Por fín me toca entrar. Voy andando hasta la camilla-potro-loquesea, por todos lados aparecen enfermeras colocándote todas las cosas: los brazos, el tensiómetro, los electrodos, las piernas, la sonda, etc. Aparece el anestesista, un hombre mayor con el que me río mucho, que me dice:
- Ahora vamos a ponerte porquerías, pero son porquerías buenas.
- Uy, si son porquerías no tienen que ser muy buenas!
- Porquería 1... Porquería 2... Porquería 3! Esta es chachi! 
- Uy sí, ya va, ya va...
Y empezó el sueño placentero que no quieres que se acabe nunca, aunque no recuerdo qué soñé, pero cuando me despertaron quería dormir!!

Al despertar me dicen que habían 7, pero que solo servirían 6 (o algo así, luego no supe si lo había soñado...).

¡6! ¡Qué contenta y feliz estoy! 

Me llevan en la cama hasta donde estaba mi mesita con mi llave, y me dicen que tengo una horita para dormir, pero con la luz, las charlas, la vía (me ponen otro de paracetamol para el dolor), el tensiómetro y demás, no es que esté muy cómoda, y me duermo solo a cabezadas. De vez en cuando, cuando despierto, miro mi mano (donde me apuntaron un 6 en boli) y sonrío, y me vuelvo a dormir feliz.

Hay que tener en cuenta que el dr Rubio me dijo que necesitábamos 3 o 4, así que 6 es todo un éxito!

Un rato después me levantan y me llevan al baño a orinar, y de ahí a un sillón donde me traen el desayuno y viene mi marido. Aquí estan todas las chicas que no se han ido aun con sus maridos. Todas con cara de sueño y medio atontadas. 

Le pregunto a mi marido si le han contado algo y me dice que no, entonces le enseño el 6 sonriendo y no lo pilla, se lo explico y me dice que vale, bien... yo alucino! Con lo contenta que yo estoy! Pero cuando se da cuenta de lo que le estoy diciendo se pone muy contento.

Más tarde (no supe de horarios), me quitan la vía y me dan el alta. Reposo y dieta blanda para que el estómago vaya adaptándose de nuevo a la comida después de la anestesia.

En el informe me pone que me pusieron anestesia general, pero no es necesaria la intubación ni nada, respiras por tí sola y los efectos se pasan enseguida, además es que no pasas mucho tiempo inconsciente.

Salimos de allí más o menos a la 1. 
Pasamos por el vesturio, donde me cambié y me puse mi ropa, y no necesité ningún útil de aseo ni zapatillas ni nada. Eso sí, me dijeron que había hecho muy bien en ir en ropa cómoda, ya que fuí la única, y lo agradecí al vestirme (habían chicas a las que les costaba vestirse!) y en el trayecto de vuelta.
Me pasé el día durmiendo, levantándome solo para comer o ir al baño. Y además dormí 9 horas esa noche! Se vé que las porquerías y el hecho de relajarte después de una semana agotadora, me han provocado un efecto totalmente beneficioso. Eso sí, a las 8 horas más o menos, al pasarse el efecto de los analgésicos, tuve dolores, aunque soportables con el paracetamol.

En la cena me tomé la otra dosis de antibiótico en pastillas, que te dan con el alta. 

Y nada más, al día siguiente me encontré mejor aunque sin hacer esfuerzos y en plan tranquilito.

Estamos muy contentos con  el personal de La Fe y con el trato que hemos recibido. No solo con la gente de las consultas externas sino con todo el personal de la UCSI y de FIV, me trataron muy bien, en especial las chicas de FIV, un encanto.

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