martes, 26 de abril de 2016

¿Cómo quieres que te quiera?

Cualquiera que esté en este camino sabe lo mucho que desea ser madre/padre.

¿Cuanto? ¿Acaso se puede medir? ¿Si sufres más es que lo deseas más? ¿Si sufres menos lo deseas menos? ¿O al revés? O mejor aun, ¿si dejas de luchar lo quieres menos? o ¿si luchas incansablemente sin descanso lo quieres más?

TONTERÍAS.

Personalmente, a lo largo de nuestro camino, hemos tenido temporadas de todo tipo, de lucha sin descanso, de descanso sin lucha... Y desde el principio hasta el final hemos tenido el mismo deseo de ser padres.

Cada persona es un mundo, y hay cientos de maneras de afrontar las cosas, a unas les va mejor llevarlo en solitario, otras al revés, a unas no les gusta contar nada, a otras al revés... Y luego están las etapas, etapas en las que te apetece contarlo y vivirlo con más o menos gente, y etapas en las que prefieres que sea algo más íntimo.

Por cierto, ¿no sería bonito que concebir un hijo fuera algo íntimo?

Hablo de esto porque estoy aprendiendo a sufrir menos, lo cual no significa que ya no sufra o que sea una persona nueva. Estoy aprendiendo. Y ya me siento más ligera. Estoy sacando de mi mochila las cosas que ya no necesito, las que pesan más que ayudan y las que no me sirven para nada.

En algún momento de mis batiburrillos o de alguna conversación con alguien, te planteas si lo deseas menos. La duda dura un segundo, es evidente que no, que no lo deseas menos por vivirlo de foma diferente a como lo vivías antes o a como lo viven otras.

Yo quería caminar más ligera, quería seguir luchando sufriendo lo menos posible, quería aceptar la vida como me venga... y lo estoy consiguiendo, poco a poco. No es fácil, ni es algo que se consiga de un día para otro, pero se puede.

La clave está dentro de uno mismo, así que no me preguntéis cómo lo estoy haciendo, lo hago con ayuda, eso sí, pero al final solo tienes que creer en tí.

El otro día buscaba el botón de desconexión, al final llegué a la conclusión de dejar fluir las cosas, algo muy fácil de decir, pero cuando realmente lo sientes, la mente descansa, el cuerpo descansa y el alma sana.

Será lo que tenga que ser, cuando tenga que ser, como tenga que ser.

Y estoy más tranquila. Y no por ello deseo menos ser madre.

domingo, 24 de abril de 2016

La histeroscopia

No me apetecía hablar sobre cómo fue la histeroscopia, pero al igual que conté cómo fue la experiencia del legrado, me parecía justo contar cómo me fue esta vez, ya que fue en el mismo hospital.


No fue el mismo doctor, es más, esta prueba era algo que teníamos pendiente pero para la cual no teníamos fecha. Fue en la visita de revisión en el ginecólogo cuando surgió, y en un momento lo teníamos todo planeado: Esperar regla y llamar para quedar un día.

Y así fue, unos días después le llamé y quedamos, como se queda para tomar un café.

Prácticamente, los pasos fueron los mismos: Ingresar, prepararme (véase, acampar y ponerme el camisón), esperar a que vinieran a por mí y viajecito en cama a quirófano de maternidad (por cierto, odio leer los carteles de "dilatación").

Una chica por aquí y otra por allá poniendome cables y vía, y mi médico, que entra bromeando y no deja de hacerlo en todo el tiempo en que estuve despierta. No sé cómo explicarlo, pero su actitud ayuda, sabes que estás en buenas manos, confías plenamente en él (no por las bromas, es cómo te hace sentir), y dejas de preocuparte por todo.

Ojo, que no solo me pasa a mí, mi marido sale contento tras cada consulta.

Una vez ví un capítulo de una serie en el que un señor tenía un súper poder que consistía en caer bien a todo el mundo, como si los embrujara. Pues mi gine tiene ese súper poder.

Total, que me durmieron, disfruté del sueñecito y al despertar pregunté cómo había ido. Todo bien, me dijo, pero luego te cuento. Y no tuve dudas en que vendría a contarme.

No sé lo que tardó en venir a la habitación, pero me pareció muy poco. Se sentó a mi lado en la cama y me contó que estaba todo bien, me enseñó las fotos (me hizo fotos de mi útero) y me dijo que en una semana recogiéramos los resultados de la biopsia.

Ahora solo tenía que esperar a que se me pasara del todo el efecto de la anestesia, y a casa. Contentos y tranquilos, pero con un hambre voraz! Esta vez no me intoxicaron con la comida, pero es que solo me dieron un zumo, estaba deseando llegar a casa para comer!

Los resultados. Todo bien. Una cosa menos. ¡¡Bien!!

jueves, 21 de abril de 2016

Cita con la inmunóloga

Ahí estaba yo, más de un año después, esperando la llamada del demonio ivi. ¿No había aprendido? ¿No tenía claro que esta empresa solo tiene en cuenta sus ingresos y que juegan con los sentimientos de los clientes? Pero es que ellos tenían algo que yo quería y estaba dispuesta a vender mi alma.

Vale, a veces exagero un poco jeje

Para ser sinceros, no quise pensar en cómo me sentí cuando fuimos a Ivi, porque aquello fue diferente. Había sido yo la que había buscado a esta doctora, y no tenía nada que perder.

Fueron 16 minutos de preguntas sobre mí y sobre enfermedades de mis parientes. Si os digo la verdad, no recuerdo todo lo que me preguntó. Sé que habló de coagulación, le conté lo del hematólogo y mi pauta de heparina, me preguntó sobre celiaquía y sobre diabetes y el dulce. Y más, mucho más.

Al final me explicó las analíticas que me iban a pedir y me las mandó por correo.

Es verdad que hubieron comentarios en los que planté las orejas y en los que casi saltan las alarmas, no me preguntéis cuales porque son detalles, pero sí, se notaba que estaba hablando con alguien del ivi. Pero nada más, al menos en esa llamada, ahora, el miedo a que te hagan volver una visita y otra y otra... con la pasta que cuesta... asusta! 160€ la primera consulta,93€ la siguientes.

Las analíticas me las hice por el seguro privado gracias a mi ginecólogo. Solo en una me pusieron pegas.

Los resultados los tuve en menos de una semana para las "normales", para la otra aun estoy esperando, y es que había que pedir autorización, y finalmente no me la cubre el seguro.

Las "normales" tienen una solución muy simple: heparina + adiro. Que mi hematólogo no quiso darme adiro porque no es tan controlable como la heparina, pero por lo visto lo voy a necesitar.

La que estoy esperando es la que me da miedo. Se llama KIR (el monstruo tiene nombre propio :P), y si sale todo bien tendré una cosa menos de qué preocuparme, pero si no, tendremos que replantearnoslo todo. 

No me preguntéis en qué consiste porque solo sé que es de genética/inmunología. Solo sé que si sale algo, tendríamos que buscar donantes compatibles, y eso en ADE es complicado, por no decir imposible. 

Cruzad los dedos conmigo y pedid que salga todo normal!!

¿Habíais oído hablar de esta prueba? ¿La conocíais?

martes, 19 de abril de 2016

Días para todos los gustos

Ya estamos con el bombardeo del día de la madre. Ya lo sufrimos hasta hace un mes con el del día del padre. Ahora el de la madre. Correos de todas las tiendas online en las que has comprado alguna vez, anuncios entres donde entres, en la tele, en la radio, en la prensa escrita...

Yo ya ni leo. Es leer madre y desvio la vista, elimino el correo, cambio de canal o lo que me surja en ese momento. ¿Para qué?

Es horroroso. ¡Los años que llevo ya así y los que me quedarán como no cambie la cosa!

Yo quiero ser madre, y lo voy a intentar de todas las formas que me sea posible, pero si no lo consigo, esto va a ser una pesadilla anual interminable. Y como sé que no puedo pedir que dejen de hacer tanta publicidad porque duele, porque no serviría de nada y porque entiendo que es un día importante en el calendario comercial, tengo una propuesta:

Señores de El Corte Inglés y demás centros comerciales: 
¡Celebren el Día de la Tía Infértil!

Porque a mí también me gustaría que me dedicaran un día, que me digan cosas bonitas y que me regalen un detallito.

Y ya puestos a pedir y a inventar, y porque no todas son tías, celebremos también el día de la infértil!

¡Que hay días para todos los gustos!

Mucho ánimo a aquellas luchadoras y no-madres/futuras madres para lo que nos queda de campaña, ¡que en dos semanas se acaba!!

domingo, 17 de abril de 2016

Cerrando capítulo

No es la primera vez que me siento así, la última vez fue cuando esperábamos el último tratamiento por la Seguridad Social, tenía tanto miedo que solo quería que pasara y que terminara todo de una vez. Cerrar capítulo y a otra cosa.

Quizás por eso me da más miedo, porque ahora no tengo ninguna duda de que la respuesta de mi cuerpo se vió afectada por mis miedos. Probablemente todo hubiera acabado igual de todas formas, pero da que pensar.

Ya os conté que no sabemos cuando volveremos a hacer tratamiento, como pronto a finales de año, pero antes, teníamos algo pendiente. 

Cuando nuestro peque se paró nos preguntamos si sería a causa de algo que aun no hubiéramos visto, y teníamos claro que si volvíamos a intentarlo, sería con los resultados de las pruebas que nos quedaban por hacer.

¿Qué nos quedaba? La histeroscopia, que nuestra gine de la clínica siempre nos dijo que no creía necesario, y despejar la duda de las NK. Las puñeteras NK, que son como una mosca rondando la oreja.

Nos tomamos un tiempo de 0 médicos, y nos pusimos fecha para empezar a ir haciendo cosas, sin prisas. 

No conocemos la existencia de un inmunólogo/a en Valencia, así que después de mucho preguntar (gracias, chicas) y buscar en internet, decidimos pedir cita con la inmunóloga de Ivi en Madrid. Eso sí, telefónica, que no nos da para el viaje también además de tener que fallar en el trabajo. La consulta os la cuento otro día.

La histeroscopia, también os la cuento en otra entrada.

Y cerrando capítulo, lo que venga ahora ya será otra historia. Con esto, acabamos con todas las pruebas pendientes, todas las que hasta el momento podemos hacer.

Así me sentía antes de hablar con nuestra gine de la clínica, me sentía como quien acaba un trabajo bien hecho, como quien hace los deberes, satisfechos y contentos de acabar con todo.

Pero mientras espero resultados... tengo un cacao mental que como no diga "hasta aquí" y me centre en otra cosa, me vuelvo loca.

Se vive mejor en la ignorancia. No sé qué nos mueve a querer saber cuando en realidad estamos mejor sin tener ni idea de en qué consisten las pruebas, los posibles resultados y la consecuencia de ello.

A ver, que no espero, y no quiero, que me salga nada más, que no, por favor, que ya hemos dicho esto muchas veces y estoy ya un poco hasta la coronilla de encontrar cuando busco. Que yo busco ratones solo por si acaso, no porque encuentre roídos los calzones :P

Pero cuando buscas, sabes que puedes encontrar. Y mi miedo es encontrar algo que de al traste con nuestros planes, con nuestra ADE. Que necesitemos otro tipo de tratamiento de RA que no nos podamos permitir y tener que decidir si seguir o abandonar.

Así están las cosas ahora, hasta que tenga resultados procuraré no pensar en ello, si alguien sabe donde está el botón de desconectar, por favor, que me lo diga, que es lo único que no encuentro por más que busque.