Puede que a lo largo de 2015 nos sigan dando bajones, puede que no adelantemos en los tratamientos, puede que nos desesperemos en más de una ocasión, puede que al final del año estemos deseando comenzar otro nuevo con esperanza de que nos vaya mejor. Ójala que no!
Pero ahora toca empezarlo y lo haremos con ilusión y con esperanzas, y haremos lo posible para que sea un año bonito, pase lo que pase, quiero que este año sea "el año bonito" y si nos trae la niña bonita ya ni te cuento (o el niño bonito!).
Aún no sabemos cómo tenemos el plan de los tratamientos, el día 14 vamos a visita en La Fe, y a ver qué nos cuentan, si nos echan de una patada o nos dan otra oportunidad, y según cómo quedemos empezaremos otra odisea por privado. Visitar y comparar clínicas y tratamientos propuestos, opiniones sobre la adopción de embriones y escuchar alternativas.
Pero al margen de todo esto, por fin hemos dado el otro paso. El día 23 de Diciembre de 2014 presentamos nuestra solicitud de adopción nacional. 7 años son mucho tiempo, pero es una fecha orientativa, es un final feliz a la vista, y aunque en estos 7 años sé que me voy a desesperar, tengo que tomármelo con filosofía, y es que ya queda una semana menos de esos 7 años! (Vale, es orientativo, pero me hace feliz que este tiempo ya esté pasando y esté un pasito más cerca de mi peque)
En cuanto a mis Navidades... Solo puedo decir que por fín han pasado. Han sido más llevaderas porque la ilusión por tener a mi sobri ha eclipsado la mayoría de los malos momentos, pero no puedo decir que no los haya habido. Lo curioso es que los malos momentos no han tenido nada que ver con la infertilidad.
Lo mejor de las Navidades fue el momento clave en que, aprovechando los ataques que le lanzaron a mis primos sobre "no tardéis en tener niños/as", anuncié que en 7 años seríamos uno más en la familia. Y entonces, sin dar detalles que a nadie importa, les conté que habíamos hecho todo lo que habíamos podido y ahora ya habíamos presentado la solicitud de adopción. No se sorprendieron porque sabían que hace años que queríamos ser padres.
Es verdad que los de casa están al día de todo (nuestros padres, hermanos y cuñados), y solo tenía que ampliar el círculo. Y también es verdad que no dije toda la verdad, porque no hemos abandonado aun los tratamientos, pero fue por una razón de peso, y es que me agobia mucho que me pregunten, me pongo nerviosa y lo paso peor, así que preferí no decir nada y si nos quedamos embarazados ya lo contaremos.
Con la familia política no lo anuncié pero hablé tranquilamente sobre la adopción en la mesa con mi cuñada y quien quisiera escuchar, y como con mi familia, fue todo muy natural y sencillo.
No deja de doler, pero ha dejado de pesar. No es que al decirlo lo haya soltado y me haya liberado, es que para decirlo he tenido que encontrarme liberada del peso. No sé si me explico, pero ahora es mucho más fácil.
Sobre la visita familiar no voy a decir nada porque estoy que me subo por las paredes! Mis días de vacaciones han sido agotadores, pero otro propósito para año nuevo va a ser: no ser la tonta que lo consiente todo, aquí quien quiera algo que mueva el culo.
Y para acabar con esta entrada extensa e interminable... Una reflexión fruto de mis batiburrillos:
No entiendo por qué le damos a la Navidad más importancia de la que tiene! Poca gente ya le da valor a lo religioso (al menos en mi entorno), es una excusa para juntarse con la familia, que me parece una excusa maravillosa, pero le damos tanta importancia y tanto valor que lo idealizamos demasiado y luego nos llevamos el disgusto del año.
A mí me encantaría irme de viaje esos días con mi marido y olvidarme de todo. La familia no lo entendería, pero estoy deseando hacerlo. Así sí serían especiales las navidades!
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