viernes, 1 de diciembre de 2023

Abrir los ojos

Es curioso como el sistema de las redes sociales, con sus algoritmos y sus condiciones de uso, las cookies y demás tejemanejes que alcanzan a recopilar más información de la que realmente creemos que consentimos, consigue hacerme consciente del momento que actualmente estoy viviendo. 

Quiero compartirlo porque necesito expresar parte de lo que se siente cuando pasas de un post de red infértiles a uno de publicidad de carritos de bebé después de haber estado viendo artículos similares.

Siempre me he protegido bastante al respecto marcando lo que no me ha parecido apropiado en el momento en que no lo era, y aún así un día hablas con una amiga sobre pañales y a los cinco minutos te están bombardeando con publicidad relacionada. Lo odio, en serio, lo entiendo y soy consciente de la gran ayuda que puede resultar para las empresas, pero me hace sentir vulnerable y pueden dañar si estás pasando por un proceso de infertilidad como lo era en mi caso.

Afortunadamente, en la actualidad no estoy pasando un mal momento, todo lo contrario. No me hace daño recibir este tipo de publicidad porque estoy en ese punto de empezar a comprar algunas cosas que puedo necesitar de un día para otro. Cosas como protectores de enchufe, barreras de seguridad, protección para las ventanas, sillas de coche, accesorios de baño o paseo, bayetas muselinas, baberos... nada concreto para una edad o un sexo determinado, pero sí pequeñas cosas con las que empezar a despertar y a ser consciente que esto ya es de verdad, que puede tardar 2 meses o 2 años, pero que ya está "de camino", que un día nos llamarán para contarnos la historia de nuestro/a hijo/a y empezará esa locura de cambios a todo correr. Bendita locura.

Hablo de nuestro proceso de adopción, del cual ya podemos decir que este verano de 2023 nos han dado la idoneidad. Casi 9 años después de haber hecho la solicitud, que se dice pronto. 

No sé si publicaré esto o cuando lo haré, pero hoy necesito contar que, tras 6 años desde el fin de nuestros tratamientos, ya no duele. Creo que la clave está en aceptarlo, asumir que la vida tiene sus propios planes y que podemos tomar decisiones pero no podemos cambiar la realidad. 

Es cierto, y lo reconozco sin tapujos, que siento pena cuando pienso que no voy a estar en los primeros meses de vida de mi hijo/a, pero es una pena distinta, una especie de nostalgia por los deseos de maternidad que he tenido siempre, pero también es cierto que la alegría de saber que pronto estará con nosotros eclipsa todo lo anterior. 

Que no será fácil, lo sabemos, que tendremos otra serie de retos, también lo sabemos, que no nos vamos a subir al arco iris de la felicidad infinita, claro que lo sabemos. De nuevo, asumimos. Y sí, aunque nos resulte chocante o nos dé vértigo, estamos aprendiendo a disfrutar de este momento, de comprar con cabeza pero sin miedo, a asimilar que por fin, tras 12 años de búsqueda y 23 de relación, vamos a ser 3.

Por eso, cuando esta tarde he visto un post sobre la medicación que nos pinchamos siempre a la misma hora y consejos básicos de primero de infertil (que están genial y me parece maravilloso para los que, por desgracia, empiezan), y sentirme identificada porque fui y siempre seré infértil, deslizar la pantalla y encontrarte con publicidad de artículos de primera infancia, he sentido una serie de sentimientos que van desde la impresión de ser algo tan relacionado pero tan opuesto, pasando por el alivio porque me siento en movimiento, el interés sin presión y sin miedos, y de nuevo a la impresión porque... "yes baby, ya estás ahí!!" 

Y puede que hayan pasado cientos de años desde aquel precioso día de verano en que dejaste de usar anticonceptivos, puede que el proceso haya sido eterno pasando por cada prueba médica, cada pinchazo, cada negativo, cada positivo, cada aborto, cada mala noticia, cada decisión, pasando por un proceso de duelo tras otro, y la sanación de todo lo vivido y lo no vivido. Puede que hayan pasado siglos desde que supiste que ya estabas bien, pero en ese momento, deslizas y parece que todo pasó ayer, que no duele, que está más que superado, pero es como abrir los ojos y verte donde estás. Ya está, ya pasó. 


Entrada escrita el 14 de Agosto de 2023 y publicada sin editar el 1 de Diciembre de 2023.

No hay comentarios:

Publicar un comentario