lunes, 22 de octubre de 2018

Los expedientes X de mi infertilidad

Cuando ahora me preguntan cual es la causa de mi infertilidad, pongo los ojos en blanco, cojo aire y suelto un suspiro antes de responder: "¡Yo qué sé! ¡Muchas cosas!"

Y no estoy de broma cuando digo que a veces tengo que consultar el apartado "Sobre mí" del blog para recordar algún dato. ¿Debería tenerlo tatuado en mi memoria? ¿Qué más da ya? A veces me sorprendo, cuando alguien me nombra algún diagnóstico, pensando: "Anda, eso también lo tenía yo!" Pero no, no tengo la necesidad de llevar mis diagnósticos grabados a fuego.

El otro día fui a la consulta del ginecólogo de la Seguridad Social, justo al lado de la consulta de infertilidad. Fue divertido compartir sala de espera, aunque se me puso el ovario por corbata al llegar, no solo por las dos abuelas que al rato de estar sentadas se levantan riéndose y diciendo "ya decía yo que aquí no era!!" (no, señoras, están un poquito mayores para tratamientos de RA jajajaja), sino porque me sentí liberada de la carga cuando la enfermera preguntó si había alguien más para la consulta y yo negué con alegría y el corazón ligero, pero con ganas de contestar "ni loca vuelvo a entrar yo ahí dentro". Seguramente hubiera amargado el día a más de una, o pensarían que loca ya estoy!

A lo que iba, que me voy por las ramas. Fui porque mi ginecólogo (del privado) me diagnosticó adenomiosis y ahora en SS tienen que confirmarlo mediante resonancia con contraste. Este gine me preguntó por la causa de mi infertilidad y después de mi respuesta habitual le di la lista donde lo llevo todo anotado para estos casos, y los resultados de distintas pruebas.

Entre ellas tenemos las trombofilias. No os he contado que tras dejar la reproducción asistida me derivaron a hematología de la SS para ver si necesitaba tratamiento crónico, esta repitió analíticas y el resultado pasó de tres trombofilias y un marcador positivo a una trombofilia aislada que al no ir acompañada de nada más no implica ningún riesgo.

Y ya aquí me mosqueé lo justo, es decir... yo tratándome para las trombofilias para quedarme embarazada y resulta que no tengo. Vale, no pasa nada porque la heparina no está de más. Aunque no entienda por qué antes salen unos resultados genéticos, que no cambian, o no deberían cambiar, y ahora no. Flipo un poco, pero vale.

Bueno, pues con las trombofilias no podía tomar anticonceptivos, como ahora no tengo, sí puedo tomarlos para tratar la adenomiosis. 

¿Qué es la adenomiosis? Como siempre, mejor que explicándolo yo vais a encontrar mucha info por internet si es que de verdad lo necesitais, pero resumiendo mucho (y perdón si no soy exacta), la adenomiosis viene a ser un tipo de endometriosis (o una enfermedad similar a la endometriosis, lo encontrarás descrito de ambas formas), ocurre cuando el tejido endometrial se aloja en el músculo del útero, provocando inflamación y dolor además de infertilidad y problemas de implantación.

Cuando lo vimos en la eco (claramente) me dijo que por eso mis reglas eran tan tan tan dolorosas hasta el punto de tener que ir más de una vez a urgencias a pincharme un antiinflamatorio, porque además el dolor puede ser tan intenso que me produce nauseas y no puedo tomarlos vía oral.

¿Quiero tomar anticonceptivos para evitar estos insoportables dolores?

Al principio dije que no, mientras pudiera soportarlo no quería acabar con la última y remota posibilidad de quedarme embarazada de forma natural, aun sabiendo que sería un milagro. 

Pero mira, ya me he relajado y nada! (insertar emoticono de ojos en blanco)

Tras la última regla insoportable decidí que sí, que saliera lo que saliera en la resonancia iba a tomarlos. Estoy harta de sufrir para nada, de pasarme 15 días entre manchados y reglas, y de la anemia que eso me produce.

Y si se confirma que tengo adenomiosis, irá a formar parte de esos expedientes X junto con las trombofilias, el factor VIII, el antifosfolípido, y a saber qué más.




El otro día pillé un cabreo monumental porque hice lo que no había hecho hasta entonces: buscar en internet. Y no voy a relatar aquí lo que encontré, en parte porque no quiero recordarlo, pero me planteé si realmente dieron con la causa de mi infertilidad e hicieron todo lo posible. 

Yo sé que hice todo lo posible y estoy tranquila por eso, pero me enfada muchísimo que los médicos con los que me he gastado un dineral no lo hayan hecho.

Para ellos, seguramente, soy un caso imposible, un lastre que mejor nos quitamos de encima, un dato en la estadística. Pero conmigo han fracasado, a mí no me han hecho realidad los sueños porque es más rentable que lo vuelva a intentar que buscar la solución del rompecabezas.

Y esto me hace pensar... a veces pensamos que un inmunólogo puede encontrar lo que los ginecólogos no encuentran, y nos lanzamos a ello aun llevando poco tiempo en esto (en algunos casos), y resulta que en mi caso todo esto se está viniendo abajo. Que no digo que la inmunología sea un timo, ha ayudado a muchas mujeres, pero tal vez médicos y pacientes queremos buscar tanto que quizás nos estamos equivocando de camino, o tal vez se equivocaron conmigo de camino, o me equivoqué yo, o no... Veremos qué pasa dentro de unos años con el tema del KIR y los hla-c en reproducción asistida...



viernes, 5 de octubre de 2018

Cinco años.

Hace cinco años que empecé a escribir este blog. Se dice pronto. 

Si hace cinco años me preguntan dónde me veo en Octubre de 2018 hubiera respondido que criando. Menos mal que no podemos ir a decirles a nuestros yo del pasado lo equivocados que estábamos, porque entonces hubiéramos dejado de luchar, y eso es algo de lo que nunca me he arrepentido, es la base de mi felicidad, porque saber que hice todo lo que estuvo en mi mano me da la paz para seguir caminando y construyendo mi futuro.

Han cambiado demasiadas cosas en este blog a lo largo del tiempo. Fui una infértil ingenua a la que ahora abofetearía por proclamar a los cuatro vientos que "se puede" (juro que me avergüenzo enormemente), y no porque yo no haya podido sino por el daño que haya podido causar a gente que creyó a pies juntillas que se podía y se estrelló, o incluso a personas que en aquel momento no podían y sufrían con el dichoso "sí se puede".

En estos cinco años he pasado del dgp a la adopción de embriones, para luego pasar a la doble donación, y todo esto compaginado con la adopción. 

El cambio más grande es, quizás, el que más mal me sabe pero el más firme: el motivo principal por el que decidí empezar este blog. Siempre quise ayudar a quien lo necesitara, y en ese sentido puedo darme por satisfecha porque muchas de esas personas a las que ayudé me escribieron para decírmelo (algo que agradezco profundamente), algunas aun lo hacen, y otras son ahora mismo pilares fundamentales en mi vida. 

Me fui durante un par de años, no borré el blog porque eso iba en contra de mis principios. Mi historia o la gentuza* con la que me topé en algún que otro sitio de internet no iban a llevarse mi blog por delante. Y léase "mi blog" como el sitio donde desnudo mi alma públicamente. 

Y luego, tal como iba sanando por dentro, iba creciendo la necesidad de volver, pero... ¿para qué? Si ya en mi situación no soy capaz de ayudar a nadie, porque ahora mismo no puedo seguir luchando con nadie, no puedo estar a su lado en su lucha, no puedo seguir haciendo fuerza porque agoté las mías, porque lo mismo un día me duele una mala noticia y otro día me duele una buena, porque colgué mis guantes. Y cuando digo que ahora me toca cuidarme a mí, es cuando se produce este cambio. 

Y porque no quiero ayudarte con mi experiencia, quiero que sigas luchando y que nunca llegues a donde estoy yo.

Lo que más me sorprende es seguir recibiendo visitas en entradas antiguas, que a día de hoy no sé si sirven de mucho, pero ahí están, para quien las necesite. Si de esta forma sigo ayudando a alguien, me siento un poco menos culpable por no seguir haciéndolo.

Han pasado muchas cosas en este tiempo y espero que sigan pasando en los próximos cinco años.


*Nota: He coincidido con mucha gente en internet con la que actualmente no tengo contacto y no quiero que se den por aludidos cuando digo que me topé con gentuza, la gentuza ya sabe quien es. 

miércoles, 3 de octubre de 2018

La cuenta atrás

Tengo en el móvil una app que cuenta el tiempo que falta o que ha pasado desde un evento. 

Es curioso como una aplicación tan sencilla puede calmar gran parte de mis demonios internos, aun a sabiendas que esa cuenta atrás es solo una aproximación de la realidad, tal vez equivocada.

El otro día hablaba del dolor que se apaga. Hoy he de admitir que el fuego lleva dos días consumiéndome, un fuego vivo que arrasa lo que toca, dentro, muy dentro. 


Y es que, a veces, que te recuerden que nunca vas a quedarte embarazada, prende la llama. Y sé que pasará y que todo volverá a su cauce, pero antes tengo que luchar contra esos demonios que me devoran. Porque pasa poco, pero cuando pasa me deja exhausta. 


No sé cómo afrontaría la situación sin mi cuenta atrás, la adopción nunca fue una segunda opción aunque nos llegó entre tratamiento y tratamiento de reproducción asistida, así que no puedo decir que sin ella estaría igual, o diferente, solo sé que cuando el dolor prende, abrirla y ver pasar los segundos, ver de una forma tan gráfica que el tiempo sigue pasando, que segundo a segundo estoy un poquito más cerca de mi hijo/a, calma mi dolor.