viernes, 5 de octubre de 2018

Cinco años.

Hace cinco años que empecé a escribir este blog. Se dice pronto. 

Si hace cinco años me preguntan dónde me veo en Octubre de 2018 hubiera respondido que criando. Menos mal que no podemos ir a decirles a nuestros yo del pasado lo equivocados que estábamos, porque entonces hubiéramos dejado de luchar, y eso es algo de lo que nunca me he arrepentido, es la base de mi felicidad, porque saber que hice todo lo que estuvo en mi mano me da la paz para seguir caminando y construyendo mi futuro.

Han cambiado demasiadas cosas en este blog a lo largo del tiempo. Fui una infértil ingenua a la que ahora abofetearía por proclamar a los cuatro vientos que "se puede" (juro que me avergüenzo enormemente), y no porque yo no haya podido sino por el daño que haya podido causar a gente que creyó a pies juntillas que se podía y se estrelló, o incluso a personas que en aquel momento no podían y sufrían con el dichoso "sí se puede".

En estos cinco años he pasado del dgp a la adopción de embriones, para luego pasar a la doble donación, y todo esto compaginado con la adopción. 

El cambio más grande es, quizás, el que más mal me sabe pero el más firme: el motivo principal por el que decidí empezar este blog. Siempre quise ayudar a quien lo necesitara, y en ese sentido puedo darme por satisfecha porque muchas de esas personas a las que ayudé me escribieron para decírmelo (algo que agradezco profundamente), algunas aun lo hacen, y otras son ahora mismo pilares fundamentales en mi vida. 

Me fui durante un par de años, no borré el blog porque eso iba en contra de mis principios. Mi historia o la gentuza* con la que me topé en algún que otro sitio de internet no iban a llevarse mi blog por delante. Y léase "mi blog" como el sitio donde desnudo mi alma públicamente. 

Y luego, tal como iba sanando por dentro, iba creciendo la necesidad de volver, pero... ¿para qué? Si ya en mi situación no soy capaz de ayudar a nadie, porque ahora mismo no puedo seguir luchando con nadie, no puedo estar a su lado en su lucha, no puedo seguir haciendo fuerza porque agoté las mías, porque lo mismo un día me duele una mala noticia y otro día me duele una buena, porque colgué mis guantes. Y cuando digo que ahora me toca cuidarme a mí, es cuando se produce este cambio. 

Y porque no quiero ayudarte con mi experiencia, quiero que sigas luchando y que nunca llegues a donde estoy yo.

Lo que más me sorprende es seguir recibiendo visitas en entradas antiguas, que a día de hoy no sé si sirven de mucho, pero ahí están, para quien las necesite. Si de esta forma sigo ayudando a alguien, me siento un poco menos culpable por no seguir haciéndolo.

Han pasado muchas cosas en este tiempo y espero que sigan pasando en los próximos cinco años.


*Nota: He coincidido con mucha gente en internet con la que actualmente no tengo contacto y no quiero que se den por aludidos cuando digo que me topé con gentuza, la gentuza ya sabe quien es. 

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