Cuando ahora me preguntan cual es la causa de mi infertilidad, pongo los ojos en blanco, cojo aire y suelto un suspiro antes de responder: "¡Yo qué sé! ¡Muchas cosas!"
Y no estoy de broma cuando digo que a veces tengo que consultar el apartado "Sobre mí" del blog para recordar algún dato. ¿Debería tenerlo tatuado en mi memoria? ¿Qué más da ya? A veces me sorprendo, cuando alguien me nombra algún diagnóstico, pensando: "Anda, eso también lo tenía yo!" Pero no, no tengo la necesidad de llevar mis diagnósticos grabados a fuego.
El otro día fui a la consulta del ginecólogo de la Seguridad Social, justo al lado de la consulta de infertilidad. Fue divertido compartir sala de espera, aunque se me puso el ovario por corbata al llegar, no solo por las dos abuelas que al rato de estar sentadas se levantan riéndose y diciendo "ya decía yo que aquí no era!!" (no, señoras, están un poquito mayores para tratamientos de RA jajajaja), sino porque me sentí liberada de la carga cuando la enfermera preguntó si había alguien más para la consulta y yo negué con alegría y el corazón ligero, pero con ganas de contestar "ni loca vuelvo a entrar yo ahí dentro". Seguramente hubiera amargado el día a más de una, o pensarían que loca ya estoy!
A lo que iba, que me voy por las ramas. Fui porque mi ginecólogo (del privado) me diagnosticó adenomiosis y ahora en SS tienen que confirmarlo mediante resonancia con contraste. Este gine me preguntó por la causa de mi infertilidad y después de mi respuesta habitual le di la lista donde lo llevo todo anotado para estos casos, y los resultados de distintas pruebas.
Entre ellas tenemos las trombofilias. No os he contado que tras dejar la reproducción asistida me derivaron a hematología de la SS para ver si necesitaba tratamiento crónico, esta repitió analíticas y el resultado pasó de tres trombofilias y un marcador positivo a una trombofilia aislada que al no ir acompañada de nada más no implica ningún riesgo.
Y ya aquí me mosqueé lo justo, es decir... yo tratándome para las trombofilias para quedarme embarazada y resulta que no tengo. Vale, no pasa nada porque la heparina no está de más. Aunque no entienda por qué antes salen unos resultados genéticos, que no cambian, o no deberían cambiar, y ahora no. Flipo un poco, pero vale.
Bueno, pues con las trombofilias no podía tomar anticonceptivos, como ahora no tengo, sí puedo tomarlos para tratar la adenomiosis.
¿Qué es la adenomiosis? Como siempre, mejor que explicándolo yo vais a encontrar mucha info por internet si es que de verdad lo necesitais, pero resumiendo mucho (y perdón si no soy exacta), la adenomiosis viene a ser un tipo de endometriosis (o una enfermedad similar a la endometriosis, lo encontrarás descrito de ambas formas), ocurre cuando el tejido endometrial se aloja en el músculo del útero, provocando inflamación y dolor además de infertilidad y problemas de implantación.
Cuando lo vimos en la eco (claramente) me dijo que por eso mis reglas eran tan tan tan dolorosas hasta el punto de tener que ir más de una vez a urgencias a pincharme un antiinflamatorio, porque además el dolor puede ser tan intenso que me produce nauseas y no puedo tomarlos vía oral.
¿Quiero tomar anticonceptivos para evitar estos insoportables dolores?
Al principio dije que no, mientras pudiera soportarlo no quería acabar con la última y remota posibilidad de quedarme embarazada de forma natural, aun sabiendo que sería un milagro.
Pero mira, ya me he relajado y nada! (insertar emoticono de ojos en blanco)
Tras la última regla insoportable decidí que sí, que saliera lo que saliera en la resonancia iba a tomarlos. Estoy harta de sufrir para nada, de pasarme 15 días entre manchados y reglas, y de la anemia que eso me produce.
Y si se confirma que tengo adenomiosis, irá a formar parte de esos expedientes X junto con las trombofilias, el factor VIII, el antifosfolípido, y a saber qué más.
El otro día pillé un cabreo monumental porque hice lo que no había hecho hasta entonces: buscar en internet. Y no voy a relatar aquí lo que encontré, en parte porque no quiero recordarlo, pero me planteé si realmente dieron con la causa de mi infertilidad e hicieron todo lo posible.
Yo sé que hice todo lo posible y estoy tranquila por eso, pero me enfada muchísimo que los médicos con los que me he gastado un dineral no lo hayan hecho.
Para ellos, seguramente, soy un caso imposible, un lastre que mejor nos quitamos de encima, un dato en la estadística. Pero conmigo han fracasado, a mí no me han hecho realidad los sueños porque es más rentable que lo vuelva a intentar que buscar la solución del rompecabezas.
Y esto me hace pensar... a veces pensamos que un inmunólogo puede encontrar lo que los ginecólogos no encuentran, y nos lanzamos a ello aun llevando poco tiempo en esto (en algunos casos), y resulta que en mi caso todo esto se está viniendo abajo. Que no digo que la inmunología sea un timo, ha ayudado a muchas mujeres, pero tal vez médicos y pacientes queremos buscar tanto que quizás nos estamos equivocando de camino, o tal vez se equivocaron conmigo de camino, o me equivoqué yo, o no... Veremos qué pasa dentro de unos años con el tema del KIR y los hla-c en reproducción asistida...
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